viernes, 12 de octubre de 2018

MATTA PARA RATO


Al final, mi estrategia de análisis reproduce el chiste de los Fenicios. Los textos de Enrique Lihn de 1956 en Revista de Arte remiten, en una segunda línea ofensiva, al discurso de Zañartu. Lihn lo va descalificar subordinándolo a Matta. Es un argumento fácil pero muy efectivo. Habría que trabajar sobre la obra de Matta en 1956. Por el momento, estamos presionados por los usos oficiales de Matta, concentrados en obras de los setenta. En el MAVI hay unos Matta de los sesentas. Pero en la USACH (UTE), el Matta es de los sesenteros. Igual que el que está en el MSSA. Tenemos Matta para rato, a pesar de Matta y de sus agentes. Lo que no tenemos, en lo inmediato, son los Matta de los años 56-62, por decir. Ya veremos. Vamos por parte.

En el Centro de Extensión de la Universidad Católica del Maule (Talca), se expone una serie de grabados de Matta, que corresponden a una carpeta realizada en 1974[1]. Es decir, cuatro años después de El gol de media cancha (1970). Habrá que establecer la distancia simultánea entre unas obras y obras, incluyendo la serie de arpilleras, para no repetir las tonteras habituales. Lo más seguro es remitirse a operaciones específicas de exhibición y a series de ediciones. La cuestión, además, plantea otra distancia, entre la fecha de una edición y la fecha de su exhibición pública, como es este caso, tratándose de la serie Hom´mère, que comienza con Chaosmos.

De entre las operaciones de difusión de los grabados de Matta será necesario mencionar el esfuerzo del MSSA, que las expuso en muchos lugares, a lo largo del país, en una época en que era prácticamente lo único que hacía. Me refiero a la serie del El Gran Burundún-Burundá ha muerto[2]. ¿No es así? Entonces, Matta funciona muy bien. Es un héroe plástico nacional e internacional. Un mito construido a la medida de una extraña voluntad chilena de convertir a Matta en un “artista chileno”.  Todo esto funciona muy bien para un público ya formateado por una especie de surrealismo ya popularizado, que acepta muy bien la sugerencia por la cual la pintura de Matta sería como un reflejo del psiquismo humano, humanitariamente izquierdizado, siempre en el “buen sentido” de la historia.

Lo anterior proviene del rol atribuido a Matta en la propagación del método del automatismo psíquico aplicado a la pintura. ¿Se puede hablar, en sentido estricto, de un método? Por cierto, el automatismo acentuaba la sustitución del control consciente de la creación por uno dominado por la composición libre de las imágenes proveniente de las asociaciones inconscientes. ¿Cuan libre? ¿Qué tan libre esas asociaciones?  ¿A qué se refiere con eso? En el fondo, esta idea fue instalada por el escritor francés Alain Jouffroy en el libro sobre Matta cuando afirma que la pintura es la traducción de ciertos estados de conciencia recibidos profundamente en la vida  cotidiana de cada hombre; pero agrega que  viene a ser  sobre todo una protesta contra la amenaza que pesa sobre lo maravilloso. Pero esto tiene que ver más con la “ideología literaria” de Jouffroy que con la pintura de Matta; es decir, que Jouffroy reproduce la ideología literaria del propio Matta, cuando delimita la interpretabilidad de los Inscapes (1944). En una de esas, me interesa más el texto de Jouffroy que las declaraciones de Matta.
Sobre esta ideología hablaré en la conferencia del miercoles 17 de octubre en Talca, a partir de una serie de grabados realizados en 1974.  De partida, hablaré de grabado, principalmente, y no de su pintura. Es decir, resulta imposible no hacer una referencia. Pero es sobre Matta lector de Homero, como excusa, que intento re/trazar una historia de la cultura, desde las bases de una mitología a la medida. Eso es todo.  
Sin embargo, no puedo dejar de mencionar, para cerrar esta columna, la subordinación de Matta a la literalidad de los títulos, que permite pensar en una dependencia literaria generativa que estaría en el origen de su pintura. No hablaré de “inconsciente de Matta”, sino del inconsciente de obra de Matta.  Lo que supone entender la obra como una estructura significante. Y eso se trabaja de otra manera. Es lo que intentaré hacer en la conferencia de Talca.
Pero como ocurre con los artistas, una cosa es su obra y otra cosa es lo que ellos piensan como opinadores de política y cultura. Lo menciono porque en la exposición Matta de todos había un gran esfuerzo puesto en recuperar los dichos del artista en la prensa de época, como si fuesen “verdad de obra”. Esto es todo un problema. Suele ocurrir que el conocimiento que se termina teniendo de los artistas es a partir de esta segunda condición. Ha habido (desafortunadamente) un retraimiento de la obra. Casi ya no interesa. Solo se termina repitiendo lo que dice la prensa de espectáculo cultural, que se enrolla con las propias declaraciones, de un Matta que sobrepasa la inteligentzia periodística y termina por tomarle el pelo. El problema es cuando los artistas hablan como artistas, dominados por la estructura de la obra, porque pasan a distanciarse del público y éste los apaña convirtiéndolos en mitos, en anécdota, que es la mejor manera que existe para desactivarlos.  Esto, en el mejor de los casos. Con Matta pasa eso. Ha pasado eso.  Matta sabía hablar como artista, y también sabía hablar como un relacionador público que seducía con juegos de palabra para evitar responder a lo que se le preguntaba. Todo eso forma parte del negocio.
Por lo anterior, hay Matta para rato, como decía, porque satisface una extraña demanda de “identidad chilena en pintura”, en un momento en que las “identidades” y los paradigmas supuestos de un arte nacional se han diluido. Entonces, regresamos al origen.  Podríamos decir: origen de Matta, Matta como origen.  Pero esto se hace para encubrir la miseria de nuestro presente. Lo cual deja en suspenso una pregunta: ¿Cuál es la base de esta fascinación expresada por difusores plebeyos empeñados en recuperar el rol simbólico de un pintor oligarca? Es como si no pudieran evitar hacer el intento de apropiarse de lo mejor que la propia oligarquía (se) ha guardado, a pesar suyo, para ellos, poniendo en escena el lamento de  que ésta no haya cumplido con la misión que su tiempo le habría exigido. Pero este sería el tema de otra conferencia y no de la que está en preparación.


[1] Exposición, Hom´mere, Chaosmos o La Odisea de Matta, Centro de Extensión Universidad Católica del Maule , 3 Norte 650, Talca. Organizada por Eulogio Rojas Durán.
[2] Es una serie litográfica realizada en el año 1975 y corresponde a una interpretación de la obra literaria Burundún-Burundá descrita por Jorge Zalamea  en el año 1952.  Relato satírico de la historia de un dictador,  y del gran espectáculo de su funeral, previsto por el mismo. Se supone que esta serie fue presentada en ocasión de las sesiones del Tribunal Russel que enjuiciaba a la junta militar chilena.


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