Al final, mi estrategia de análisis reproduce el
chiste de los Fenicios. Los textos de Enrique Lihn de 1956 en Revista de Arte
remiten, en una segunda línea ofensiva, al discurso de Zañartu. Lihn lo va
descalificar subordinándolo a Matta. Es un argumento fácil pero muy efectivo.
Habría que trabajar sobre la obra de Matta en 1956. Por el momento, estamos
presionados por los usos oficiales de Matta, concentrados en obras de los
setenta. En el MAVI hay unos Matta de los sesentas. Pero en la USACH (UTE), el
Matta es de los sesenteros. Igual que el que está en el MSSA. Tenemos Matta
para rato, a pesar de Matta y de sus agentes. Lo que no tenemos, en lo
inmediato, son los Matta de los años 56-62, por decir. Ya veremos. Vamos por
parte.
En el Centro de Extensión de la Universidad
Católica del Maule (Talca), se expone una serie de grabados de Matta, que
corresponden a una carpeta realizada en 1974[1].
Es decir, cuatro años después de El gol
de media cancha (1970). Habrá que establecer la distancia simultánea entre
unas obras y obras, incluyendo la serie de arpilleras, para no repetir las
tonteras habituales. Lo más seguro es remitirse a operaciones específicas de
exhibición y a series de ediciones. La cuestión, además, plantea otra
distancia, entre la fecha de una edición y la fecha de su exhibición pública,
como es este caso, tratándose de la serie Hom´mère,
que comienza con Chaosmos.
De entre las operaciones de difusión de los
grabados de Matta será necesario mencionar el esfuerzo del MSSA, que las expuso
en muchos lugares, a lo largo del país, en una época en que era prácticamente
lo único que hacía. Me refiero a la serie del El Gran Burundún-Burundá ha muerto[2].
¿No es así? Entonces, Matta funciona muy bien. Es un héroe plástico nacional e
internacional. Un mito construido a la medida de una extraña voluntad chilena
de convertir a Matta en un “artista chileno”.
Todo esto funciona muy bien para un público ya formateado por una
especie de surrealismo ya popularizado, que acepta muy bien la sugerencia por
la cual la pintura de Matta sería como un reflejo del psiquismo humano,
humanitariamente izquierdizado, siempre en el “buen sentido” de la historia.
Lo anterior proviene
del rol atribuido a Matta en la propagación del método del automatismo psíquico
aplicado a la pintura. ¿Se puede hablar, en sentido estricto, de un método? Por
cierto, el automatismo acentuaba la sustitución del control consciente de
la creación por uno dominado por la composición libre de las imágenes
proveniente de las asociaciones inconscientes. ¿Cuan libre? ¿Qué tan libre esas
asociaciones? ¿A qué se refiere con eso?
En el fondo, esta idea fue instalada por el escritor francés Alain Jouffroy en
el libro sobre Matta cuando afirma que la pintura es la traducción de ciertos
estados de conciencia recibidos profundamente en la vida cotidiana de cada hombre; pero agrega
que viene a ser sobre todo una protesta contra la amenaza que
pesa sobre lo maravilloso. Pero esto tiene que ver más con la “ideología
literaria” de Jouffroy que con la pintura de Matta; es decir, que Jouffroy
reproduce la ideología literaria del propio Matta, cuando delimita la interpretabilidad
de los Inscapes (1944). En una de
esas, me interesa más el texto de Jouffroy que las declaraciones de Matta.
Sobre esta
ideología hablaré en la conferencia del miercoles 17 de octubre en Talca, a
partir de una serie de grabados realizados en 1974. De partida, hablaré de grabado,
principalmente, y no de su pintura. Es decir, resulta imposible no hacer una
referencia. Pero es sobre Matta lector de Homero, como excusa, que intento
re/trazar una historia de la cultura, desde las bases de una mitología a la
medida. Eso es todo.
Sin
embargo, no puedo dejar de mencionar, para cerrar esta columna, la
subordinación de Matta a la literalidad de los títulos, que permite pensar en
una dependencia literaria generativa que estaría en el origen de su pintura. No
hablaré de “inconsciente de Matta”, sino del inconsciente de obra de Matta.
Lo que supone entender la obra como una estructura significante. Y eso
se trabaja de otra manera. Es lo que intentaré hacer en la conferencia de
Talca.
Pero como
ocurre con los artistas, una cosa es su obra y otra cosa es lo que ellos
piensan como opinadores de política y cultura. Lo menciono porque en la
exposición Matta de todos había un
gran esfuerzo puesto en recuperar los dichos del artista en la prensa de época,
como si fuesen “verdad de obra”. Esto es todo un problema. Suele ocurrir que el
conocimiento que se termina teniendo de los artistas es a partir de esta segunda
condición. Ha habido (desafortunadamente) un retraimiento de la obra. Casi ya
no interesa. Solo se termina repitiendo lo que dice la prensa de espectáculo
cultural, que se enrolla con las propias declaraciones, de un Matta que
sobrepasa la inteligentzia
periodística y termina por tomarle el pelo. El problema es cuando los artistas
hablan como artistas, dominados por la estructura de la obra, porque pasan a
distanciarse del público y éste los apaña convirtiéndolos en mitos, en
anécdota, que es la mejor manera que existe para desactivarlos. Esto, en el mejor de los casos. Con Matta pasa
eso. Ha pasado eso. Matta sabía hablar
como artista, y también sabía hablar como un relacionador público que seducía
con juegos de palabra para evitar responder a lo que se le preguntaba. Todo eso
forma parte del negocio.
Por lo
anterior, hay Matta para rato, como decía, porque satisface una extraña demanda
de “identidad chilena en pintura”, en un momento en que las “identidades” y los
paradigmas supuestos de un arte nacional se han diluido. Entonces, regresamos
al origen. Podríamos decir: origen de
Matta, Matta como origen. Pero esto se
hace para encubrir la miseria de nuestro presente. Lo cual deja en suspenso una
pregunta: ¿Cuál es la base de esta fascinación expresada por difusores plebeyos
empeñados en recuperar el rol simbólico de un pintor oligarca? Es como si no
pudieran evitar hacer el intento de apropiarse de lo mejor que la propia
oligarquía (se) ha guardado, a pesar suyo, para ellos, poniendo en escena el
lamento de que ésta no haya cumplido con
la misión que su tiempo le habría exigido. Pero este sería el tema de otra
conferencia y no de la que está en preparación.
[1]
Exposición, Hom´mere, Chaosmos o La Odisea de Matta,
Centro de Extensión Universidad Católica del Maule , 3 Norte 650, Talca.
Organizada por Eulogio Rojas Durán.
[2]
Es una
serie litográfica realizada en el año 1975 y corresponde a una
interpretación de la obra literaria Burundún-Burundá descrita por Jorge
Zalamea en el año 1952. Relato satírico de la historia de un dictador,
y del gran espectáculo de su funeral,
previsto por el mismo. Se supone que esta serie fue presentada en ocasión de
las sesiones del Tribunal Russel que enjuiciaba a la junta militar chilena.
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