El principio que guió el trabajo de la investigación sobre
Leppe fue el de des/metaforizar el relato descriptivo de las obras, por la
importancia que tiene la materialidad procesual
de una acción de arte, de una instalación o de intervención editorial. En muchas
ocasiones solo se tenía acceso a un par de fotografías, descontextualizadas y
separadas de su secuencia original. Era preciso, entonces, hacer el relato efectivo y pormenorizado de
cada pieza. Este solo hecho puede provocar transformaciones significativas en
la interpretabilidad de su obra.
(Catálogo "El Bien Común")
En el caso de “Las cantatrices”, fue vital separar esta
micro-instalación del dispositivo en el que estaba inscrita (Sala de Espera),
con la ventaja de que fue el propio
Leppe quien resolvió ponerla en
circulación como la pieza independiente que era. En el catálogo “El Bien Común” las
condiciones de su producción fueron
explicitadas de manera más amplia de lo que se había hecho en la web. Sin
embargo no se entiende, hasta ahora, el lugar de privilegio que esta pieza
adquirió en el diseño del catálogo y la
posición que le fue asignada en el conjunto de la exhibición.
Lo que hay que decir, todavía, de este catálogo, es que la sección destinada a las reseñas/fichas de las obras es
la más lograda, pero justamente por lo in/necesario de su configuración. Es
decir, se trata de textos que perfectamente pueden sustituir la información
educativa que aparece en la web del MNBA. En términos estrictos, los textos
actualmente accesibles en dicho soporte produce un daño enorme a la recepción
escolar de las obras de la colección. Antes de seguir realizando exposiciones
arbitrarias que alcanzan un manierismo auto-referencial en fase crítica, el MNBA debiera re-calificar su relación con
la discursividad de las obras, a partir de la reconsideración de las fuentes
primarias, por decir lo menos. Y luego, por el relato de sus condiciones de
ejecución en un contexto formal específico.
Es decir, poner la historia por
delante y abandonar los “filosofemas”.
La misma obra, como he dicho, aparece reseñada en un nuevo
libro que reflexiona sobre la experimentalidad del video-arte y del cine. En este sentido reordena los parámetros de su
inclusión como referencia crítica, en
función de un propósito claro y definido, cuando Aravena/Pinto exponen la pregunta por las estrategias
puestas en juego para pensar los “límites” y los “entre-lugares” del cine, del
video y de las artes visuales, en el curso de un periodo acotado por los
esfuerzos invertidos en asegurar una práctica artística, en sus formas de
organización histórica.
("Visiones laterales", Aravena/Pinto)
Lo cierto es que resulta injusto comparar ambas
publicaciones. El catálogo de “El Bien Común” incorpora una información
generalista sobre las condiciones de producción de la obra, mientras que
“Visiones laterales” aborda el lugar de la obra de Leppe en el debate por
establecer una limite a la noción operativa de experimentalidad en una
secuencia polémica compleja.
Lo que importa, ahora, es reconstruir esta secuencia
compleja que abarca un periodo (a)signado como “cronología crítica”, fijando
como “punto de comienzo” un momento
formal específico, ligado al
descubrimiento de los propios recursos expresivos del cine documental chileno, y que “concluye” en el 2011 con una
pieza que recubre sus propias condiciones “impresivas” en una práctica video
que no reconoce fronteras de inscripción “institucional”. Pero esto no es más
que una de las propuestas que plantea un libro fabricado como si fuera un
ensayo audiovisual que ha asumido la editorialidad de su propio objeto de
trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario