sábado, 16 de julio de 2016

PROGRAMA DEL COLOQUIO


Pero qué estupidez más grande.  El CNCA no abre una discusión sobre las artes visuales. Esta existe desde hace mucho tiempo.  Tampoco abre una instancia de “participación ciudadana” porque organiza un coloquio. Ha habido,  durante  estos diez años, una “participación activa”  de  una gran cantidad de agentes del campo de las artes visuales.  Tampoco es una reflexión colectiva hacerlo en un panel moderado, donde se tiene veinte minutos de exposición.

El lenguaje parece bolchevique, para no poner comparaciones más cercanas que pudieran herir sensibilidades.  Cuando se dice que  hay participación colectiva, al parecer, el Estado deja que los agentes no-estatales hablen (no más).  El asunto es que debe ser consignada la ceremonia de hablar en una asamblea, en un lugar “emblemático” (el Ex Congreso).  Todo esto es una broma de Camilo Yáñez y de su Ministro de Encubrimiento.

En ningún momento estos personajes se han manifestado para señalar un marco de referencia.  Lo mínimo que se podía haber esperado era unas cuantas páginas, con unas ideas. Pero nada. Se solicita ponencias para ser seleccionadas por un comité externo. Una vez más, el CNCA se desentiende de sus responsabilidades, porque está en tal modo a la defensiva, es tal su ausencia de ideas, que necesita involucrar a otros para montar una operación de legitimación de sus iniciativas. Y las va a buscar en el aparato universitario. Eso es sorprendente.

Analicemos cual es el rol de las escuelas de arte en la descomposición de la escena plástica local y después les pedimos “ayuda”.  Curiosamente, si se lee el programa final,  entre los participantes hay académicos de la PUC y de la UDP. No hay académicos de la Chile. ¿No le “prestaron ropa” a Camilo Yáñez?, ¿O es que no participan porque los cargos del futuro ya están atribuidos y esto es solo una feria de diversiones para cumplir con la exigencia gubernamental de realizar encuentros públicos?

Y lo primero que hace el asesor es ponerse al servicio de la garantización de quien no puede ni garantizarse a si misma. 

Ahora, es sospechoso que de los dieciséis participantes, cinco sean funcionarios del CNCA.  ¿Enviaron ponencias? ¿Fueron seleccionados? ¿No estaban ahí por oficio? ¡No! ¡Son moderadores!  ¿Van a dar la palabra?  ¿Nos van a medir el tiempo de exposición?  ¡Vaya que calidad de  participación teórica!  

Y de los once restantes, hay dos operadores de organismos de tercerización de funciones del CNCA, de modo que aparecen como agentes de apoyo auxiliar de esta política-que-no-es-una.  Ya llevamos siete.  Entonces, del resto, discúlpenme: ¿qué hace, respecto de una discusión de política general, el MAC de Valdivia y la Comisión Nemesio Antúnez?, ¿Acaso son situaciones ejemplares respecto a una política a seguir, si el Estado ha dificultado la existencia de esta comisión, a la cual ha rebajado y a la que le han negado mayores atribuciones! ,  ¿Más aún, cuando está en la Corte Interamericana el juicio por el “ninguneo” institucional de parte del Estado chileno respecto de decisiones sobre concursos?  Pero: ¿es la Comisión, la que participa oficialmente en este coloquio?, ¿O es un amigo de Camilo Yáñez, especialmente invitado? Esta comisión,  mucho antes, invitó a importantes curadores de programas de arte público. Sus propuestas fueron sistemáticamente bloqueadas en el propio MOP.  ¿De que me están hablando? Existe una historia. Camilo Yáñez no inventa nada nuevo. ¡Y nos sale con este coloquio ceremonial! Realizado por cumplir, porque no ha sido capaz de sostener una discusión programática sostenida y con perspectiva.

¿El MAC de Valdivia es un buen ejemplo? ¿Hubo ponencia? ¿Sobre política de desarrollo? ¿Y el MAM-Chiloé?  ¿Debía presentar ponencia? ¿O se existencia se sale de los marcos de “manejo” de Camilo Yáñez? ¿En vez de presentar estos  “casos” críticos, por qué no se atrevió a recoger experiencias  efectivas de manejo de colecciones?  Simplemente, porque no las podía controlar.  ¿Cómo es posible que no esté, aquí, el director del MNBA?

Dejémonos de tonteras. Muestren las ponencias que llegaron.  ¿Por qué no pueden ser conocidas antes de un coloquio que no está pensado para “reflexionar”, sino para “pasar lista” y, nosotros, los participantes, hacer acto de presencia, con nuestro trabajo, porque no nos pueden omitir.  Aún cuando esto no sea nada más que un gran acto de simulación participativa, que será inaugurado por el Ministro de Censura.

¿Qué tal?

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