Recapitulación: las
últimas entregas para este blog han
remitido a una forma de escribir (la) historia y a unas plata/formas de
recepción de la corporalidad en pintura. Lo segundo, motivado por la negativa a
“decir poto” del reduccionismo analítico de Galaz/Ivelic, cuya narratividad
proviene de Romera, en una afirmación de continuidad en la que Castillo se va a
ocupar de las zonas insuficientes.
Entre estas zonas, como se ha visto, aparece la coyuntura
plástica desestimada por “la verdad de la operación”, consistente en la
construcción de la dificultad de “leer el origen”. Porque el trabajo sucio
consiste en inventar el origen de “nuestra” connivencia. Quise decir, conveniencia. Desde ahí, abordé luego el rol de Enrique Correa en la implementación de los “usos de la memoria”, que culminó en el
Museo de la Memoria con la producción burocrática de una exposición que a fines
del 2014 sellaba la puesta fuera-de-cuadro de José Balmes y Gracia
Barrios. Es decir, del cuadro-de-intereses de
Correa/Brodsky.
Es solo bajo esa
condición que Brodsky acepta una exposición a “contrapelo” post
festum, cuando debe soportar en la inauguración que
Milan Ivelic le pregunte en su cara por
la ausencia de obras de José Balmes y
Gracia Barrios en la colección del museo.
Quienes hemos trabajado en los últimos veinticinco años con
José Balmes y Gracia Barrios, debemos observar estoicamente la premura y los
(d)efectos de una operación tardía y reparatoriamente inepta.
La puesta fuera de campo de José Balmes comenzó el día que
Enrique Correa lo sacó de la dirección del MSSA para darle el cargo a
Ottone. Aunque quizás esto no sea lo más
grave. Los compañeros de partido de Balmes le quitaron el piso. Balmes dijo
nada.
Entonces, cuando no puede obtener réplica alguna de parte de
Balmes, Brodsky produce el último
capítulo de la humillación
histórica, organizando una ceremonia
compensatoria, conceptualmente inconsecuente y museográficamente fallida.
En la economía discursiva que sostiene estas entregas,
Balmes ocupa el lugar de enunciación del manchismo
materialista, siendo la escena de fondos sobre la cual es posible recortar
las siluetas de los agentes en la coyuntura de los 70´s.
Al fin y al cabo, el manchismo es un tema de
retaguardia. No solo no interesa a
nadie, sino que encubre los avatares de una historia institucional; a saber, la
historia de la Facultad. Ni los propios investigadores de esa universidad saben
de esas complejidades ni de cómo esa historia corresponde a un modo estructural
de producción de mediocridad, que
llega a definir el carácter de una escena, a todo lo largo del siglo XX. Lo fantástico de la Facultad es que desde
1932 decide voluntariosamente ser menos. La Reforma instala el deseo de ser (un poco) más. Con eso ya era suficiente.
Este es el marco en que Balmes instala su manchismo y lo hace reconocer como una ideología de escuela, directamente ligada a su necesidad por
instalar la novela de origen.
Designo con ese nombre –ideología de escuela- un proceso
complejo que define las condiciones de un fracaso. En la cuenca de esta
ideología Couve representa la expresión más nítida de la sobrevivencia del
Burchard de antes de Balmes. Mientras
que Dittborn aparecerá siempre como la revancha
de un primer sistema gráfico que se propuso desde una política de línea desmantelar la infraestructura simbólica de
esa pictoricidad.
Valga preguntarse cómo funcionó esta revancha. En esto consiste el objeto del libro que
preparo para HUEDERS. No adelantaré más.
He escrito lo in/suficiente sobre Dittborn, sin autorización. Su “teoría
de la desertificación de la pintura”
terminó con el manchismo. Y en
este sentido, ya había “inaugurado” una historia, en la coyuntura de 1980,
re/poniendo el cuerpo como plataforma crítica de su propia representación.
Estuve haciendo una pasantía en el MSSA cuando sacaron a Balmes y asume Ottone, entonces se comentaba "off the record" la inoperancia y falta de gestión del director anterior. Pero la verdad no se en que se sustentaba estos entredichos, desconozco los pormenores de su actuación allí.
ResponderEliminarSaludos
Estuve haciendo una pasantía en el MSSA cuando sacaron a Balmes y asume Ottone, entonces se comentaba "off the record" la inoperancia y falta de gestión del director anterior. Pero la verdad no se en que se sustentaba estos entredichos, desconozco los pormenores de su actuación allí.
ResponderEliminarSaludos