jueves, 21 de marzo de 2019

MITOS INOFENSIVOS


¿De que podríamos hablar ? ¿De la distincion entre “Residencia en la tierra” y “España en el corazon”? ¿O de la queja vanidosa que hacía decir a Neruda “ soy un poeta célebre, pero muy poco leído”? ¿Sera posible  dar crédito a la supuesta depresión que le sobrevino después de tomar conocimiento del Informe Kruchov? Todo eso contribuye a la celebridad. Incluyendo la fuga a través de la cordillera y  su espectacular aparición en la Mutualité, anunciado nada menos que por Picasso, en el encuentro del Movimiento por la Paz. Algunos años antes, el propio Neruda había anunciado a Carlos Prestes, el general de la esperanza, en el mitín en el estadio de Pacaembú, cuando los comunistas brasileros celebraban su salida de la cárcel de Getulio Vargas. Siempre, alguien anuncia a alguien.  

Todo eso y mucho más, para convenir en la constatación que  ya no hay hombres de esa contextura, porque se han disipado las estructuras orgánicas que los sostuvieron.   No deja de ser significativo que hoy, en Francia, el diario del PCF haya entrado en un procedimiento de quiebra. No olvidar la máxina leniniana según la cual el periódico político es el andamio del partido político.  Asi y todo, este es el año del  80 aniversario de la partida del Winnipeg, desde Pauillac, Bordeaux.  Lo cual contribuye a la reproducción de un mito comunista convertido en un indicio inofensivo para conmemorar una epopeya cuya rentabilidad simbolica ha decaído, hasta alcanzar niveles de sobrevivencia inesperados.
Alain Sicard estaba presente en las jornadas sobre Pablo Neruda en Chennevières-sur-Marne. Aquí, en 1870 tuvo lugar una batalla sangrienta en la que perecieron 12000 combatientes (9000 franceses, 3000 prusianos). Una cifra que va a anticipar las masacres de la Primera Guerra. Pero todavía era una “guerra a la antigua”. En el pueblo ha sido inaugurado un Monumento a la Paz y un square  Arthur Rimbaud. (Le dormeur du val).

Gran conocedor de la poesía de Pablo Neruda y amigo suyo, vamos a decir, no hay mejor representante que Alain Sicard para hablar de su obra y de su personalidad politica, que ya es historia. Es decir, que se presenta bajo ciertas condiciones de inofensividad encubridora, porque los desafíos ya no son los mismos. Sin embargo, la lectura y el consumo de Neruda  gozan de buena salud, porque un cierto mundo tiene absoluta necesidad de la fabricación de un sentimiento de transcendencia sobre las cosas y  desde los objetos,  que su poesía garantiza. No deja de ser, hasta cierto punto conmovedor, apreciar sobre una mesa ejemplares de sus obras traducidas desde hace larga data, dispuestas a la venta, en un sábado especial, donde todo apuntaba a preparar la proyección de “El cartero”.

Entonces, ¿de que lado estamos? ¿Del de “Residencia en la Tierra” o del “Canto General”? Lo cual equivale a preguntarse por la data de su compromiso con los aparatos exteriores del comunismo internacional durante la guerra fría, e incluso antes de ella, en la literatura y en la política; que para el caso, vendrían a ser la continuación de una guerra, pero por otros medios.

Pablo Neruda fue embajador en Francia y tuvo a Jorge Edwards como su principal colaborador. Pero todo eso ya es “historia antigua”. Pero Jorge Edwards le recuerda a Nicanor Parra, en una famosa crónica en La Segunda,  que quien bajó la poesía a la calle fue sido Neruda mucho  antes que él, y que no podía venir a reclamar la autoria exclusiva de la “antipoesia”, porque en mas de algún modo  ésta ya estaba.  

Roberto Merino me confirma esa sospecha, porque en ese caso Jorge Edwards es fiel a su impulso de relativizar exageraciones megalomaníacas o relatos de un yo de intensidad deslimitada. Sobre todo, en torno a los años en que le montaron esas exposiciones en que “fungía” como poeta visual. Pero por otro lado, insiste en que Jorge Edwrads se obliga a satisfacer la necesidad de justificar la sobre/transcendentalización de Neruda. Ni Roberto ni yo recordamos donde pudimos haber leído que Neruda efectivamente se inquietó ante la aparición de “Poemas y Anti-poemas”[1]; a tal punto, que su poesía varió y que por eso escribió “Odas elementales”. Incluso “Estravagario” correspondería a este período de re/acción.

Neruda es de los que, indefectiblemente, confirman  la hipótesis según la cual el Verbo funda el Paisaje.



[1] En el 2017, “Poemas y anti-poemas” fue publicado por Editions du Seuil, traducido por Bernard Prautat. Ver https://www.theclinic.cl/2017/06/15/adelanto-exclusivo-parra-frances/

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