¿De
que podríamos hablar ? ¿De la distincion entre “Residencia en la tierra” y
“España en el corazon”? ¿O de la queja vanidosa que hacía decir a Neruda “ soy
un poeta célebre, pero muy poco leído”? ¿Sera posible dar crédito a la supuesta depresión que le
sobrevino después de tomar conocimiento del Informe Kruchov? Todo eso
contribuye a la celebridad. Incluyendo la fuga a través de la cordillera y su espectacular aparición en la Mutualité,
anunciado nada menos que por Picasso, en el encuentro del Movimiento por la
Paz. Algunos años antes, el propio Neruda había anunciado a Carlos Prestes, el
general de la esperanza, en el mitín en el estadio de Pacaembú, cuando los
comunistas brasileros celebraban su salida de la cárcel de Getulio Vargas.
Siempre, alguien anuncia a alguien.
Todo
eso y mucho más, para convenir en la constatación que ya no hay hombres de esa contextura, porque
se han disipado las estructuras orgánicas que los sostuvieron. No deja de ser significativo que hoy, en
Francia, el diario del PCF haya entrado en un procedimiento de quiebra. No
olvidar la máxina leniniana según la cual el periódico político es el andamio
del partido político. Asi y todo, este
es el año del 80 aniversario de la
partida del Winnipeg, desde Pauillac, Bordeaux.
Lo cual contribuye a la reproducción de un mito comunista convertido en
un indicio inofensivo para conmemorar una epopeya cuya rentabilidad simbolica
ha decaído, hasta alcanzar niveles de sobrevivencia inesperados.
Alain
Sicard estaba presente en las jornadas sobre Pablo Neruda en Chennevières-sur-Marne.
Aquí, en 1870 tuvo lugar una batalla sangrienta en la que perecieron 12000
combatientes (9000 franceses, 3000 prusianos). Una cifra que va a anticipar las
masacres de la Primera Guerra. Pero todavía era una “guerra a la antigua”. En
el pueblo ha sido inaugurado un Monumento a la Paz y un square Arthur Rimbaud. (Le dormeur du val).
Gran
conocedor de la poesía de Pablo Neruda y amigo suyo, vamos a decir, no hay
mejor representante que Alain Sicard para hablar de su obra y de su
personalidad politica, que ya es historia. Es decir, que se presenta bajo
ciertas condiciones de inofensividad encubridora, porque los desafíos ya no son
los mismos. Sin embargo, la lectura y el consumo de Neruda gozan de buena salud, porque un cierto mundo
tiene absoluta necesidad de la fabricación de un sentimiento de transcendencia
sobre las cosas y desde los objetos, que su poesía garantiza. No deja de ser, hasta
cierto punto conmovedor, apreciar sobre una mesa ejemplares de sus obras
traducidas desde hace larga data, dispuestas a la venta, en un sábado especial,
donde todo apuntaba a preparar la proyección de “El cartero”.
Entonces,
¿de que lado estamos? ¿Del de “Residencia en la Tierra” o del “Canto General”? Lo
cual equivale a preguntarse por la data de su compromiso con los aparatos
exteriores del comunismo internacional durante la guerra fría, e incluso antes
de ella, en la literatura y en la política; que para el caso, vendrían a ser la
continuación de una guerra, pero por otros medios.
Pablo
Neruda fue embajador en Francia y tuvo a Jorge Edwards como su principal
colaborador. Pero todo eso ya es “historia antigua”. Pero Jorge Edwards le recuerda
a Nicanor Parra, en una famosa crónica en La Segunda, que quien bajó la poesía a la calle fue sido
Neruda mucho antes que él, y que no
podía venir a reclamar la autoria exclusiva de la “antipoesia”, porque en mas
de algún modo ésta ya estaba.
Roberto
Merino me confirma esa sospecha, porque en ese caso Jorge Edwards es fiel a su
impulso de relativizar exageraciones megalomaníacas o relatos de un yo de intensidad
deslimitada. Sobre todo, en torno a los años en que le montaron esas
exposiciones en que “fungía” como poeta
visual. Pero por otro lado, insiste en que Jorge Edwrads se obliga a
satisfacer la necesidad de justificar la sobre/transcendentalización de Neruda.
Ni Roberto ni yo recordamos donde pudimos haber leído que Neruda efectivamente
se inquietó ante la aparición de “Poemas y Anti-poemas”[1];
a tal punto, que su poesía varió y que por eso escribió “Odas elementales”.
Incluso “Estravagario” correspondería a este período de re/acción.
Neruda
es de los que, indefectiblemente, confirman la hipótesis según la cual el Verbo funda el
Paisaje.
[1] En
el 2017, “Poemas y anti-poemas” fue publicado por Editions du Seuil, traducido
por Bernard Prautat. Ver https://www.theclinic.cl/2017/06/15/adelanto-exclusivo-parra-frances/
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