martes, 1 de noviembre de 2016

CARTA DE RESPUESTA A ANA TIRONI

Estimada Ana Tironi, no  descalifiques desde la partida.  Los supuestos de este debate los puso tu Ministro.  Fue él quien permitió que le hicieran la pregunta que lo empantanó en la determinación de una fecha de corte  para el arte contemporáneo y las funciones de un nuevo museo de bellas artes.



El punto  a celebrar es que  pretendes explicar el verdadero espíritu de este centro de Cerrillos, que tu ministro no supo  garantizar  ni en su necesidad discursiva ni en su densidad historiográfica.  Lo  perturbador de este asunto es que señalas que este centro ha sido abierto invitando a todos los sectores, cuando  sabe que eso  no es efectivo.  No se puede  atribuir a unas reuniones informales con invitados seleccionados para no objetar,  el carácter de  una experiencia inclusiva. ¡Por favor! Con tu prestigio  adquirido en la DIBAM no te   puedes prestar para estas operaciones de intoxicación comunicacional de un ministro que se ufanó en tu ausencia  de haber reclutado  a una agente del servicio para  fragilizar toda  oposición  interna ante el nuevo proyecto  de ministerio.

Eres mucho mejor que eso. El rol que te hacen jugar es humillante, ofensivo y discriminador en términos de género.   Te hacen hacer el “trabajo sucio”.

Cuando dices que  tu ministro está lejos de  cuestionar la autoridad de los museos, uno se pregunta entonces para qué se mete en ámbitos que jurídicamente no le corresponden.  Es tu ministro el que comete un acto de usurpación de funciones y ofende a las autoridades de la DIBAM.

Que curiosa operación. No  es mi crítica ni la de algunos colegas que se han manifestado  quienes tergiversamos sus declaraciones. Fueron abiertamente destinadas a fijar un rumbo cuya legitimidad política y teórica es, al menos, cuestionable.  Y lo hizo con la indolencia que lo caracteriza.

No he sido yo ni ha sido la crítica  la que ha  pronunciado la fecha de 1967.  Es evidente que se  entiende  que es un tema discutible y que hasta podría haber sido un lapsus de tu ministro.  Aún así, los mecanismos de debate público no han sido abiertos y  la existencia del centro aludido no garantiza esa discusión. Más bien, se pasa por el desvío el abordaje de su función específica.

Pues bien: respecto del Centro de Arte  señalas la secuencia funcional de tres nociones: producción, reflexión y participación. Le agregas la investigación y otras experiencias en el campo de la visualidad. De modo que la primera secuencia no debe corresponder a este campo, sino a un campo indeterminadamente comunitario, en lo que va del siglo.  O sea, un centro cultural. ¡Bravo! Primera noticia que tu servicio  maneja al respecto. 



Pero aún así, no has manifestado ningún elemento que sirva de rudimento siquiera para formular un modelo de gestión acerca de la función  de centro cultural y  de centro comunitario, en  Cerrillos. De hecho, tu misma abres esa posibilidad distintiva, que leo por vez primera y que me parece un aporte inestimable en pro de la articulación de  tres funciones diferenciadas. 

Sin embargo, en tu carta mencionas la investigación dejando a  las otras experiencias  como subordinadas a otro diseño que  aparece como inédito y jerárquicamente excluyente de las funciones de centro de arte experimental, a no ser que la experimentalidad comprometida esté definida para satisfacer unas demandas específicas desde los imaginarios sociales de las comunidades.  Pero nada de eso ha sido sostenido hasta ahora por el asesor Yáñez, ni menos por el Ministro.  De todos modos, si fuese así, creo que es una gran oportunidad para debatir sobre esta articulación funcional, cuya jerarquización debe estar determinada por unas decisiones que competen a las autoridades y a las comunidades locales.

De modo que esta aclaración de tu parte me parece  que plantea elementos de innovación intra e inter institucional que no había sido consideradas.  Así las cosas, las funciones entre centro de arte, centro comunitario y centro cultural, aparecen como una posibilidad editorial  que apunta a recomponer las condiciones de producción de experiencias entre arte y comunidades.  Lo cual, ni tu ministro ni el asesor Yáñez habían explicitado hasta el momento.

Lo que no queda claro es el rol de la investigación,  a menos que sea parte de la nueva pragmática, que incluye en su concepto la práctica de archivo como condición de documentabilidad de los procesos.  Eso sería realmente un avance distintivo ue definiría la archividad adecuada a los procesos.  Pero eso significa distinguirla drásticamente de una definición de tipo  universitaria, tal como está  hoy concebida en términos de su colapso académico.

Sostienes que lo que se busca es desarrollar, en una comuna distante de la concentración de espacios culturales, un proyecto que atienda todo lo que ya hemos señalado y comentado.  Pero esto es limitar las posibilidades comunicacionales de centros actualmente en función y que se han convertido en referentes regionales por su conectividad.   

Pero al parecer, las funciones de centro cultural jamás fueron planteadas en Cerrillos, porque eso requiere de un proyecto combinado de mediación comunitaria y mediación artística, ordenado en función de unos ejes programáticos que no han sido definidos, si entendemos, por ejemplo, que un centro de estas características, en esta población lejana,  tiene la responsabilidad de ser un elemento innovador en el ámbito de las relaciones entre arte y comunidades.  

Los agentes del sector de las  artes visuales  hemos tenido que esperar que tu seas la persona que responda a inquietudes que ni el asesor Yáñez ni tu ministro fueron claros en relación a estos propósitos. Yáñez siempre habló de un centro experimental de arte y el factor comunitario era una excusa  explícita para poder legitimar ante la opinión pública un gasto de esta envergadura.

Afirmas que el centro se abre invitando a todos los actores del sector. Lamento objetar esta frase. Eso que dices no es efectivo. Todas las actitudes de tu ministro y de su asesor en la materia cancelaron todo debate al respecto. Las reuniones extorsivas que el asesor organizó y sobre cuyo resultado y evaluación  puedes consultar, no dan garantías de inclusión alguna.



¿Te puedes imaginar que en la primera jornada de discusión para la formulación de una plataforma nacional para el sector de artes visuales, en el ex Congreso, el “tema” del Centro de Arte no fue abordado ni un minuto siquiera?  Pero de verdad, ¿no te parece extraño? Se trataba de discutir sobre política de artes visuales, y el ejemplo que se había  dicho fijaría  las pautas de la experimentalidad  del arte y de la innovación social en Chile, no mereció ninguna ponencia.  Todo fue un ceremonial  muy raro, que fue brillantemente conducido por tu gente de Estudios. Y  muchos de los que asistimos esperamos seguir colaborando con ellos.  

Luego señalas que la premisa de 1967 era solo una hipótesis de ejercicio para la curatoría de la muestra inaugural. Gracias por la aclaración. Nos hubiera gustado que el propio curador hubiese explicitado sus  propios  términos. De todos modos, queda claro que tu ministro no entendió las premisas del curador y cometió este error que lo ha convertido en el hazmerreír durante una semana entera.

Si escucho en serio a tu ministro,  debo entender que el Centro es la continuación de la tarea del Museo, pero por otros medios. ¿Es eso? Porque si es eso, estamos ante nuevos problemas.  El centro sería definido como un post-museo. O bien, ¿cómo un museo  implícito de la posteridad del arte contemporáneo?   Curiosa manera de hablar del futuro de las formas, en todo caso.

Donde las cosas comienza a ponerse  realmente interesantes  es cuando señalas que el centro tendrá un fuerte enfoque educativo. Lo complicado es que se trataría de combinar, entonces, un centro en el que la punción experimental iría por un carril, y por el otro, la función educativa. Pero agregas una tarea que no ha sido del todo realizada  por ninguna de las experiencias imaginadas hasta ahora, ya que estaría destinada a potenciar la formación de nuevas generaciones.  No definiendo –de paso- las prioridades,  si se trata por ejemplo de potenciar el enfoque educativo o de potenciar el enfoque experimental. Teniendo ambos, la posibilidad de establecer relaciones productivas, que de hecho encontramos muy sugerentes, pero sobre cuyas estrategias de implementación no hemos leído una sola línea.

Ahora, lo que no me esperaba es la proyección magistral del párrafo final. De verdad, debo agradecer tu disposición. Ni tu ministro ni su asesor han sido tan claros respecto de la dimensión de su irresponsabilidad.  No puede asegurar una estrategia de réplica sin haber probado tu matriz.   Todo esto a menos que  tu ministro  prometa un plan de renovación sistemático de edificios des/afectados. 

Hace muchos años, con Balmes, recorriendo el país, hablamos del  posible re/destino de  galpones adyacentes a estaciones ferroviarias de la red al sur, que podrían ser  traspasadas a una entidad cultural, en una perspectiva regional; sobre todo, conociendo el concepto de ciudad-valle-central que se ha montado como hipótesis de desarrollo territorial.  Sería genial que esos antiguos galpones ferroviarios pudieran experimentar un nuevo destino.  No solo galpones. Hay industrias des/afectadas, hay casas patronales,  etc.  Pero  a todo eso, que puede ser una excelente iniciativa de desarrollo regional, no le puedes  acoplar la réplica de una experiencia cuya validez y pertinencia no has demostrado.  Es decir, es posible sostener un programa de renovación arquitectónica como el que se ha mencionado, sin por ello asignarle el rol de recepción de réplicas metropolitanas, en un país que debate sobre la necesidad de descentralizar su gestión política y donde las  singularidades locales reclaman mayores exigencias en el trato político y cultural.

Sin otro particular, se despide


JUSTO PASTOR MELLADO.



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