Estimada Ana Tironi, no
descalifiques desde la partida. Los
supuestos de este debate los puso tu Ministro.
Fue él quien permitió que le hicieran la pregunta que lo empantanó en la
determinación de una fecha de corte para
el arte contemporáneo y las funciones de un nuevo museo de bellas artes.
El punto a celebrar
es que pretendes explicar el verdadero
espíritu de este centro de Cerrillos, que tu ministro no supo garantizar ni en su necesidad discursiva ni en su
densidad historiográfica. Lo perturbador de este asunto es que señalas que
este centro ha sido abierto invitando a todos los sectores, cuando sabe que eso
no es efectivo. No se puede atribuir a unas reuniones informales con
invitados seleccionados para no objetar,
el carácter de una experiencia
inclusiva. ¡Por favor! Con tu prestigio adquirido en la DIBAM no te puedes prestar para estas operaciones de
intoxicación comunicacional de un ministro que se ufanó en tu ausencia de haber reclutado a una agente del servicio para fragilizar toda oposición
interna ante el nuevo proyecto de
ministerio.
Eres mucho mejor que eso. El rol que te hacen jugar es
humillante, ofensivo y discriminador en términos de género. Te hacen hacer el “trabajo sucio”.
Cuando dices que tu
ministro está lejos de cuestionar la
autoridad de los museos, uno se pregunta entonces para qué se mete en ámbitos
que jurídicamente no le corresponden. Es
tu ministro el que comete un acto de usurpación de funciones y ofende a las
autoridades de la DIBAM.
Que curiosa operación. No
es mi crítica ni la de algunos colegas que se han manifestado quienes tergiversamos sus declaraciones.
Fueron abiertamente destinadas a fijar un rumbo cuya legitimidad política y
teórica es, al menos, cuestionable. Y lo
hizo con la indolencia que lo caracteriza.
No he sido yo ni ha sido la crítica la que ha pronunciado la fecha de 1967. Es evidente que se entiende que es un tema discutible y que hasta podría
haber sido un lapsus de tu ministro. Aún
así, los mecanismos de debate público no han sido abiertos y la existencia del centro aludido no garantiza
esa discusión. Más bien, se pasa por el desvío el abordaje de su función
específica.
Pues bien: respecto del Centro de Arte señalas la secuencia funcional de tres
nociones: producción, reflexión y participación. Le agregas la investigación y
otras experiencias en el campo de la visualidad. De modo que la primera
secuencia no debe corresponder a este campo, sino a un campo indeterminadamente
comunitario, en lo que va del siglo. O sea, un centro cultural. ¡Bravo! Primera noticia que tu servicio maneja
al respecto.
Pero aún así, no has manifestado ningún elemento que sirva
de rudimento siquiera para formular un modelo de gestión acerca de la función de centro cultural y de centro comunitario, en Cerrillos. De hecho, tu misma abres esa
posibilidad distintiva, que leo por vez primera y que me parece un aporte
inestimable en pro de la articulación de tres funciones diferenciadas.
Sin embargo, en tu carta mencionas la investigación dejando
a las otras experiencias como subordinadas a otro diseño que aparece como inédito y jerárquicamente
excluyente de las funciones de centro de arte experimental, a no ser que la
experimentalidad comprometida esté definida para satisfacer unas demandas
específicas desde los imaginarios sociales de las comunidades. Pero nada de eso ha sido sostenido hasta
ahora por el asesor Yáñez, ni menos por el Ministro. De todos modos, si fuese así, creo que es una
gran oportunidad para debatir sobre esta articulación funcional, cuya
jerarquización debe estar determinada por unas decisiones que competen a las
autoridades y a las comunidades locales.
De modo que esta aclaración de tu parte me parece que plantea elementos de innovación intra e
inter institucional que no había sido consideradas. Así las cosas, las funciones entre centro de
arte, centro comunitario y centro cultural, aparecen como una posibilidad
editorial que apunta a recomponer las
condiciones de producción de experiencias entre arte y comunidades. Lo cual, ni tu ministro ni el asesor Yáñez
habían explicitado hasta el momento.
Lo que no queda claro es el rol de la investigación, a menos que sea parte de la nueva pragmática,
que incluye en su concepto la práctica de archivo como condición de
documentabilidad de los procesos. Eso
sería realmente un avance distintivo ue definiría la archividad adecuada a los
procesos. Pero eso significa distinguirla
drásticamente de una definición de tipo universitaria, tal como está hoy concebida en términos de su colapso
académico.
Sostienes que lo que se busca es desarrollar, en una comuna
distante de la concentración de espacios culturales, un proyecto que atienda
todo lo que ya hemos señalado y comentado.
Pero esto es limitar las posibilidades comunicacionales de centros
actualmente en función y que se han convertido en referentes regionales por su
conectividad.
Pero al parecer, las funciones de centro cultural jamás
fueron planteadas en Cerrillos, porque eso requiere de un proyecto combinado de
mediación comunitaria y mediación artística, ordenado en función de unos ejes
programáticos que no han sido definidos, si entendemos, por ejemplo, que un
centro de estas características, en esta población lejana, tiene la responsabilidad de ser un elemento
innovador en el ámbito de las relaciones entre arte y comunidades.
Los agentes del sector de las artes visuales hemos tenido que esperar que tu seas la
persona que responda a inquietudes que ni el asesor Yáñez ni tu ministro fueron
claros en relación a estos propósitos. Yáñez siempre habló de un centro
experimental de arte y el factor comunitario era una excusa explícita para poder legitimar ante la opinión
pública un gasto de esta envergadura.
Afirmas que el centro se abre invitando a todos los actores
del sector. Lamento objetar esta frase. Eso que dices no es efectivo. Todas las
actitudes de tu ministro y de su asesor en la materia cancelaron todo debate al
respecto. Las reuniones extorsivas que el asesor organizó y sobre cuyo
resultado y evaluación puedes consultar,
no dan garantías de inclusión alguna.
¿Te puedes imaginar que en la primera jornada de discusión
para la formulación de una plataforma nacional para el sector de artes
visuales, en el ex Congreso, el “tema” del Centro de Arte no fue abordado ni un
minuto siquiera? Pero de verdad, ¿no te
parece extraño? Se trataba de discutir sobre política de artes visuales, y el
ejemplo que se había dicho fijaría las pautas de la experimentalidad del arte y de la innovación social en Chile,
no mereció ninguna ponencia. Todo fue un
ceremonial muy raro, que fue
brillantemente conducido por tu gente de Estudios. Y muchos de los que asistimos esperamos seguir
colaborando con ellos.
Luego señalas que la premisa de 1967 era solo una hipótesis
de ejercicio para la curatoría de la muestra inaugural. Gracias por la
aclaración. Nos hubiera gustado que el propio curador hubiese explicitado sus propios
términos. De todos modos, queda claro que tu ministro no entendió las
premisas del curador y cometió este error que lo ha convertido en el hazmerreír
durante una semana entera.
Si escucho en serio a tu ministro, debo entender que el Centro es la
continuación de la tarea del Museo, pero por otros medios. ¿Es eso? Porque si
es eso, estamos ante nuevos problemas.
El centro sería definido como un post-museo. O bien, ¿cómo un museo implícito de la posteridad del arte
contemporáneo? Curiosa manera de hablar del futuro de las
formas, en todo caso.
Donde las cosas comienza a ponerse realmente interesantes es cuando señalas que el centro tendrá un
fuerte enfoque educativo. Lo complicado es que se trataría de combinar,
entonces, un centro en el que la punción experimental iría por un carril, y por
el otro, la función educativa. Pero agregas una tarea que no ha sido del todo
realizada por ninguna de las
experiencias imaginadas hasta ahora, ya que estaría destinada a potenciar la
formación de nuevas generaciones. No
definiendo –de paso- las prioridades, si
se trata por ejemplo de potenciar el enfoque educativo o de potenciar el
enfoque experimental. Teniendo ambos, la posibilidad de establecer relaciones
productivas, que de hecho encontramos muy sugerentes, pero sobre cuyas
estrategias de implementación no hemos leído una sola línea.
Ahora, lo que no me esperaba es la proyección magistral del
párrafo final. De verdad, debo agradecer tu disposición. Ni tu ministro ni su
asesor han sido tan claros respecto de la dimensión de su
irresponsabilidad. No puede asegurar una
estrategia de réplica sin haber probado tu matriz. Todo esto a menos que tu ministro
prometa un plan de renovación sistemático de edificios
des/afectados.
Hace muchos años, con Balmes, recorriendo el país, hablamos
del posible re/destino de galpones adyacentes a estaciones ferroviarias
de la red al sur, que podrían ser
traspasadas a una entidad cultural, en una perspectiva regional; sobre
todo, conociendo el concepto de ciudad-valle-central que se ha montado como
hipótesis de desarrollo territorial.
Sería genial que esos antiguos galpones ferroviarios pudieran
experimentar un nuevo destino. No solo
galpones. Hay industrias des/afectadas, hay casas patronales, etc.
Pero a todo eso, que puede ser
una excelente iniciativa de desarrollo regional, no le puedes acoplar la réplica de una experiencia cuya
validez y pertinencia no has demostrado.
Es decir, es posible sostener un programa de renovación arquitectónica
como el que se ha mencionado, sin por ello asignarle el rol de recepción de
réplicas metropolitanas, en un país que debate sobre la necesidad de
descentralizar su gestión política y donde las
singularidades locales reclaman mayores exigencias en el trato político
y cultural.
Sin otro particular, se despide
JUSTO PASTOR MELLADO.
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