domingo, 27 de noviembre de 2016

PARTICIPACIÓN AUTÓNOMA

El jueves 24 de noviembre tuvo lugar en el Centro de Arte de Cerrillos la jornada o encuentro para el “diseño participativo” de la política nacional de artes visuales.  Los últimos días de julio había tenido lugar en el ex congreso, un coloquio sobre el mismo tema. Debemos entender, que éste, al parecer, no era “participativo”.  Por oposición, el encuentro de Cerrillos, lo es de manera explícita porque las autoridades del CNCA así lo han enunciado. El coloquio de julio era con ponencias ya seleccionadas,  pronunciadas, por así decir, por “expertos”. 

Lo curioso es que entre julio y noviembre, no hubo un solo pronunciamiento del CNCA, ni sobre la calidad ni la pertinencia de las intervenciones realizadas en el coloquio.  Ninguna mención.  No me refiero a la “recolección” de opiniones diversas ordenadas por  “secretarios de mesa”, que no dan cuenta en (lo) absoluto  del carácter del debate instalado por las ponencias.  De hecho, entre éstas y lo que se conversa en las mesas, prácticamente no hay ninguna relación. Nada de lo que se haya escuchado durante las ponencias ha tenido el tiempo de ser meditado, siquiera unos instantes, para ser retenido como insumo.

Sin embargo, debo decir que entre julio y noviembre hubo un pronunciamiento, que destinado a descalificar el coloquio  restringido en provecho de una modalidad de diseño participativo.  Podría entenderse que el encuentro último prolonga  los  “trabajos” del coloquio de julio.  ¿Cómo podría, si apenas se hace cargo de lo que allí se enunció?  Más bien, la voluntad expresa del CNCA es que se reconozca el encuentro último como la superación de la pobreza del coloquio, en el sentido que la participación es el sello garantizador de la riqueza  propositiva de este último. 

El pronunciamiento al que me refiero estuvo a cargo de Constanza Symmes, a través de la columna de opinión que publicó el 7 de noviembre en El Mostrador, y cuya literalidad ha sido objeto de  las tres últimas columnas.  Sin embargo, en estas columnas no he mencionado el valor que tiene la descalificación consciente que  hace  Constanza Symmes  en la columna del 7 de noviembre, y que se transfiere en la distinción que hace entre “expertos” y “gran ciudadanía cultural”.  Debo entender, como digo, a riesgo de repetirme, que el encuentro último reproduce las condiciones de enunciación de esta gran ciudadanía cultural  que produce política pública como expresión directa de su deseo, sustituyendo y superando los “intereses” de unas voces desautorizadas como “especialistas”. 

Quienes participamos en el coloquio de julio lo hicimos a sabiendas de que seríamos utilizados para descalificar  con nuestras propias palabras el  procedimiento que supuestamente nos reconocía como interlocutores.  Una vez descalificados  por indolente omisión, solo le quedaba a la autoridad validar su propia preeminencia metodológica,   destinada a recoger los deseos de la gran ciudadanía cultural, establecida de antemano como criterio de validación anticipada de la política.

Ahora, quien siempre definió  “lo que es”  la gran ciudadanía cultural es la propia ensoñación metodológica del CNCA. 

El jueves 24 de noviembre publiqué en www.justopastormellado.cl  mi participación autónoma y distanciada en el encuentro de Cerrillos, en el formato de un ensayo que titulé Política nacional: ficciones administrativas para las artes visuales[1].  Frente a la descalificación  implícita de mi estatuto como “experto” (elitista), en la columna de Constanza Symmes, resolví “participar”  en el debate truncado,  re poniendo en circulación  lo que ha sido mi posición acerca de la política de discusión de la política.  

Sin embargo, esta “participación diferida” ya había sido anticipada por otra publicación que hice -  La política nacional de artes visuales[2]-, como contribución al coloquio de julio.






[2] http://luchalibrola.com/la-politica-nacional-de-artes-visuales-segun-justo-pastor-mellado/

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